domingo, 16 de junio de 2013



24 y 25 de mayo. Una lectura de Cordelia en Guatemala. Geopoesía.
por Paula Ramírez.


      La poesía, como el conocimiento, está organizada mediante centros de poder, regiones subalternas y grupos subordinados posibles de mapear. Los lugares y los colores tienen una función medular en este mapeo por los espacios internos y externos que transitamos cuando leemos poesía. Graciela Cros comparte y posibilita que nos encontremos en el territorio de la creación, con todo lo que éste puede dar de sí, sin pretensiones de fijar los sentidos.
Cordelia en Guatemala cuestiona el imaginario local establecido como global o universal, erigiéndose como una poesía otra (Otra no solamente por ser nueva y distinta sino por estar conectada con una experiencia histórica común: el colonialismo, frente al cual resulta necesario producir una ruptura, una transformación en las relaciones sociales desiguales y de dominación que construyen a los sujetos y a sus mundos).
      La obra va dando cuenta de un proceso, en el cual Cordelia recrea su vida; esa recreación más que un “recreo” o descanso para luego volver a lo mismo, es un cambio de posición en las relaciones mantenidas por ella y que la constituyen, la de hija, la de amante, la de extranjera… transitando desde una posición en que no tiene voz a una en que tiene una voz propia y polifónica, a la vez.
     Este libro de poemas todo, tiene una alta concentración de sentidos, que hace que cada quien pueda identificarse y reflejarse, enojarse y pelearse, reírse y espantarse, acercarse y alejarse, incluyendo las voces “cultas” y las voces populares para que sean escuchadas desde un lugar preciso. Va articulando elementos que fuera del arte no se articulan, abriendo posibilidades insospechadas e inéditas de representarnos y representar el mundo. De este modo, nos permite sentir y pensar, imaginar, que las cosas pueden ser y hacerse de otra manera.
    En esta historia que cuenta la poeta, Cordelia pone un Huevo, que son varios huevos conforme aparecen distintas miradas sobre él en el transcurrir poético. Nos dice que las mujeres podemos poner huevos! (cualidad exclusiva de los varones desde la mirada patriarcal colonial). Entonces tenemos huevos, los empollamos, les otorgamos los contenidos y los vacíos a nuestros huevos, y hasta exigimos a veces que no nos rompan los huevos, nuestras creaciones, nuestros puntos de vista, nuestras búsquedas.
    Esta Cordelia en Guatemala nos presenta una cartografía de lugares inapropiados, lugares y posiciones que no están en los mapas “oficiales” de las relaciones humanas habituales, en medio de una búsqueda emprendida por un personaje que es un sujeto inapropiable, invitándonos a hacer de lo imaginario una virtud.

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