24 y 25 de mayo. Una lectura de Cordelia en
Guatemala. Geopoesía.
por Paula
Ramírez.
La poesía,
como el conocimiento, está organizada mediante centros de poder, regiones
subalternas y grupos subordinados posibles de mapear. Los lugares y los colores
tienen una función medular en este mapeo por los espacios internos y externos
que transitamos cuando leemos poesía. Graciela Cros comparte y posibilita que
nos encontremos en el territorio de la creación, con todo lo que éste puede dar
de sí, sin pretensiones de fijar los sentidos.
Cordelia en Guatemala
cuestiona el imaginario local establecido como global o universal, erigiéndose
como una poesía otra (Otra no solamente por ser nueva y
distinta sino por estar conectada con una experiencia histórica común: el
colonialismo, frente al cual resulta necesario producir una ruptura, una
transformación en las relaciones sociales desiguales y de dominación que
construyen a los sujetos y a sus mundos).
La obra
va dando cuenta de un proceso, en el cual Cordelia recrea su vida; esa
recreación más que un “recreo” o descanso para luego volver a lo mismo, es un
cambio de posición en las relaciones mantenidas por ella y que la constituyen,
la de hija, la de amante, la de extranjera… transitando desde una posición en
que no tiene voz a una en que tiene una voz propia y polifónica, a la vez.
Este
libro de poemas todo, tiene una alta concentración de sentidos, que hace que
cada quien pueda identificarse y reflejarse, enojarse y pelearse, reírse y
espantarse, acercarse y alejarse, incluyendo las voces “cultas” y las voces
populares para que sean escuchadas desde un lugar preciso. Va articulando
elementos que fuera del arte no se articulan, abriendo posibilidades
insospechadas e inéditas de representarnos y representar el mundo. De este
modo, nos permite sentir y pensar, imaginar, que las cosas pueden ser y hacerse
de otra manera.
En esta
historia que cuenta la poeta, Cordelia pone un Huevo, que
son varios huevos conforme aparecen distintas miradas sobre él en el
transcurrir poético. Nos dice que las mujeres podemos poner huevos! (cualidad
exclusiva de los varones desde la mirada patriarcal colonial). Entonces tenemos
huevos, los empollamos, les otorgamos los contenidos y los vacíos a nuestros
huevos, y hasta exigimos a veces que no nos rompan los huevos, nuestras
creaciones, nuestros puntos de vista, nuestras búsquedas.
Esta Cordelia en Guatemala nos presenta una
cartografía de lugares inapropiados, lugares y posiciones que no están en los
mapas “oficiales” de las relaciones humanas habituales, en medio de una
búsqueda emprendida por un personaje que es un sujeto inapropiable,
invitándonos a hacer de lo imaginario una virtud.
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