aliento
a kim ki duk
a kim ki duk
cuando tu aliento
no humedezca el vidrio
la muerte mi amor
cada estación se habrá ido
cuando el tajo la sentencia
te haga callar
un bosque de sangre en la garganta
las estaciones se habrán ido
y quedará el invierno
última prisión
se habrán ido
las flores abiertas en verano
último dibujo del amante
y quedará
tu lengua enhiesta
invierno
una muerte mi amor
la piel del cielo
despierta oasis
al nómada de amor
Giuseppe Ungaretti
tus ojos encierran
ardillas incendiadas
esta noche como un féretro
vaho ciudad dormida
brazos de águila quieta
rodeo del cazador
tu pico toma en mi pico
la sed de una muerta
puñado oro
entre las piernas
salvación
amor quién puebla la noche
tierra partida
altares
de fuego de cenizas
agonía tu lengua nómade
y cuando el otro en eso terrible
de la noche
desea levantar las sábanas enervar
el umbral
se asimila a una boca exigente
de piernas abiertas
una boca exigente
y desconocido tu cuerpo
desconocido tu corazón
el amor describe sin palabra
la clase de fantasmas que somos
ilusión y agua y fuego
la ternura
cuando regresás
a tomar tu cansancio
desde la puerta cerrada
un leve escozor
la nueva temperatura
los labios se nos parten
dentro está el tiempo
y el tiempo también
se nos parte
cuerda tensa
sensación de una mitad
fabricada
tus huesos me piden
alas rotas
rodillas de animal vencido
mucho más tus gritos
únicos gritos
crean las cenizas
sin tocar el blanco
estos días
no quiero conejos en aquel patio
el hilván del mantel
y la siesta frágil de mi abuela
se hunden como alfileres
todavía sus dalias retumbándome
si pudiera recordar
mi sombrerito de verano
y por qué entregaba mis lágrimas
hasta el borde
ciudad de rosario
el cielo amenaza
las enseñas de los barcos
y esas mujeres
mohínes a la cámara
pequeño puerto perro negro
(siempre hay uno que mira a los ojos
que no duerme)
tironean una fotografía
monumento
gris
sin embargo franjas celestes
¡nessum dorma!
tarde la misma noche
al alba vencerán
perros callejeros
visiones patrióticas a zancadas
piernas abiertas por la luna
escalinata
soledad de mástil
entre edificios
y no se sabe bien
épocas donde la patria
adorna camisetas
una empresa aseguradora
nessum dorma
estatuas de río
semidioses vencidos
o a punto de estallar
lágrimas dentro
del caracol
rojo suave
todos cantan
las mujeres su voz de aurora
sin peso específico
ademanes con esa cámara
recortan un poco
el mundo
gris
una orilla
las hace volubles
las hace flamear
para clara vasco
darjeeling 1
de flores blancas
guirnaldas
enhebraban el río de la india
con hombres sumergidos
hasta la cintura
y las mujeres
ungían sus cabellos
antes el humo
la pira
sagrados
de flores blancas
otro funeral
el crucifijo
en su centro rosas rojas
bello_ pensé aquel día
y lo puse despacito
sobre tu cuerpo
imagen última
nueva
me habías enseñado
la vida sus raíces
y a volver
desde los brazos
levitaría
el ataúd
de flores blancas
mi muerte
un golpe de viento
hunde las ropas de viaje
el agua
oscuridad
cuadro inmóvil
promesantes de san juan
hablá que te scucho digo a la oscuridá
antes no voy a mover un pie. porque si
deseo llegar no soy yo quien debe elegir,
es el questá en el fondo de no se dónde
pero está.
jorge leónidas escudero
difuntita llorada
con un lazo rojo
las velas de los promesantes
no alcanzan el hambre ni la sed
pan de uvas y
arrope en el pueblo
para turistas
madrugada su seno blanco
hacia el abismo
creyentes deseosos
de los escalones
más que otra cosa
su trascendencia
alumbran
día noche
día noche
el vestido de novia los pedazos
techitos de una ciudad desierta
¿a dónde van
sus rodillas dolorosas?
cruzan el cemento pero
¿a dónde van?
algunos miran como una estampita
que nuestros pecados fueran perdonados
y que todos nuestros sufrimientos
tengan un sentido de solución**
entre crucifijos transparentes
todos los fieles difuntos resucitarán
un día, te pedimos, quienes sabemos**
cruz de transparencias
desde la oscuridad
dios no te olvides
ninguna promesa
por estas escalinatas
no olvides la luz
cualquier vela
**oración en una estampita de la difunta correa
para marisa negri
*
de “territorios”
mangos
Esos labios besados en otro país en otra raza en otro planeta en otro cielo en otro infierno
ENRIQUE MOLINA
1
una jauría de perros apareció mientras recogías mangos del huerto. y esa posibilidad de sufrir bajo los dientes. el paso rápido algunos frutos entre las manos hasta la casa vieja.
más tarde enviaste imágenes, mangos en un plato, cubiertos con chile, a punto de mordida.
tu boca, pensé. tu lengua aún en tu país, sin los templados reclamos de la distancia.
sea torridez, pensé.
2
el poblado más cercano está a unos kilómetros.
quizá regresés a ese lugar a escarbar los recuerdos de la tierra. me explicás, filósofo niño. buscás el sentido de la vida con tus manos tus ojos. pasado y presente de soledad, de quietud extraña, no deambulan máquinas que quitan el tiempo.
comienzo a desear la propiedad de tus observaciones.
allí, existe. ha existido antes de nosotros. seguirá el camino de los vivos y los muertos después. fenecerá su cáscara intacta. huesos que busca tu antropología. viejas cerámicas de aquellas muchachas del yucatán.
allí, la huerta de siembras fuertes. los cuerpos piden y se fagocitan. se hacen el sexo con gruñidos de jabalíes. repiten las generaciones. rituales del mundo ya perdido.
a destiempo. estas coordenadas atemporales.
mis criaturas sueltan el polvo de sus bocas. salen a pastar alrededor. voltean su cabeza para observarte caminando hacia la casa. en el frente hay una sillón donde tu abuela se mece, casi ciega. la del pelo en lluvia. sus huaraches y la mantilla. de la que siempre hablarás.
arrojás los frutos sobre la mesa. vas a buscar algo dentro. mirás desde lejos pensando en contarme tus sabores. yo espero desde mis papilas. soy ese animal que te comparte.
cuándo viajaré humana. tocar esa pelambre. y las hojas de agua verterás. hervíboros.
de“pequeña formosa”
1
morir de pena no es algo que mi familia haya permitido
la vida es una tristeza dura muchas veces
su coraza en círculos gira sobre el agua
ojos al ras
yacaré sobreviviente
a lo sumo creemos en el temor de niñas de barro
cuando la ropa golpea las piedras
y resuenan bellos cántaros al sol
donde se producen salvatajes
nuestras piernas a velocidad
la jornada de sed y de rodillas
el tin tín del jarrito
por allí bebemos sapos amarillos
inflan el estómago con una astucia anfibia
muy personal
respiramos el nuevo día
...
17
no volveré a verlas
han envejecido y han muerto
mi madre decidió descolgar sus rostros
guardar las argollas
busco los extremos de la vida
ángulos lejanos del cajón
algo les sucede a las mujeres grandes
me digo
pierden la memoria
mi corazón en compás de espera
pero soy la extraviada
Catalina Boccardo, nació en 1961, en la Capital Federal, ARGENTINA, y reside allí.
Egresada de la carrera de Abogacía de la U.B.A.. Ejerció en el área de Violencia Familiar. Dictó cursos y seminarios sobre la temática en diversas instituciones públicas y privadas.
Profesorado Universitario, UAJFK. Posgrado en “Mediación y Negociación”, UBA. Cursó la especialidad en Violencia Familiar, UMSA. Ex ayudante ad-honorem del Patrocinio Gratuito de la carrera de abogacía. Ex docente de nivel terciario. Fue integrante del Comité de Bioética de la SAU. Ha presentado trabajos sobre derechos de pacientes-niños en Jornadas de Bioética. Invitada al Encuentro Interdisciplinario sobre Juicios de Delitos de Lesa Humanidad organizado por la UCES en 2010.
Docente y Tutora de Nivel Medio.
Como poeta:
Publicó los libros de poesía “el jardín santo” por Ediciones en Danza, 2011, y “territorios”, editorial Del Dock, 2012.
Integró los grupos-taller “Gente de Lunes” y “El tren de la palabra”.
Participó de las V Jornadas Literarias, y en el Encuentro de poetas en la ciudad de San Pedro, Bs. As. , en 2007.
Intervino en el Primer y en el Segundo Festival de Poesía en la Escuela en Buenos Aires.
Participó en la lectura en el Congreso de DDHH y Salud Mental, 2010 en Buenos Aires.
Su poesía aparece en diversos blogs, fanzines, revista virtual, y en la Antología “Gente de Lunes”, 2006, Casa de la Poesía de la CABA.
Fue invitada a diversos ciclos de lectura de poesía.
Publicó el microrrelato “Sangrar” en un libro objeto en la Cuarta Edición, Foro de ediciones contemporáneas del Museo de Arte Carrillo Gil, por editorial (c)acto ediciones, México.
Y en la actualidad tiene dos obras de poesía en preparación.
Cata. me encanta este poema XVII aunque dudo de si los dos versos finales no quedarían mejor al principio. Lo digo como para probar, no estoy segura, es que me gusta mucho terminar en "pierden la memoria".
ResponderEliminarpodría ser, sí... poemas que no se sabe dónde comienzan y dónde terminan, no?
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