lunes, 22 de septiembre de 2014

Macky

El 29 diciembre de 2008 en UNA DE POETAS -diario digital Bariloche2000- actualizaciòn XXVII, publicaba este dossier de Macky Corbalán (Cutral Cò, Neuquèn, 1963/2014); hace pocos dìas la querida poeta partiò a navegar otros mares, nos deja la luminosa estela de su tiempo con nosotros y su poesìa tan diàfana y profunda como ella.

La Pasajera de Arena
(1992 - Libros de Tierra Firme)

digo : regresa

y temo no reconocerme
cuando entre por esa puerta.

Vasca

desviada

desviada
sigo
por el camino correcto



La espera del silencio,
y no el silencio,
es lo que aturde.

Monet

La mosca sobrevuela, interesada,
la gota de sangre
que brilla sobre el piso mugroso.

Zumba, se posa,
huele
el infierno de la carne.

Inferno
(1999 – Libros de Tierra Firme)

VIII

HUMANOS

Leo en ellos como en páginas escritas.
Atravieso sus órganos opacos, su piel,
el susceptible hilado de los nervios.
Es lo de siempre, lo de cada época:
rencillas, acuerdos y desánimo. Una cosa
no entiendo: esa oscura,
repentina agitación
cuando recuerdan.



Algo clama por la atención del gato
que, desde su somnolencia, se yergue
y husmea el aire; como en el resto
de las cosas esenciales,
no hay nada allí que nosotros
podamos ver.



Fuera de esta habitación,
los perros inician su inacabable
perorata nocturna, los gatos se hacen
uno con el muro y crece, en el mundo,
una jerga animal que no me es extraña:
sube por tus ojos antes
de tocar mi cuerpo.



Los lamentos, las sirenas,
los disparos,
son el sudor de esta
noche ardiente.
Los lamentos.
Las sirenas.
Los disparos.
Dios respira con dificultad
en la cama de mis padres.






CUTRAL CÓ

I

Tuvo río sólo por un día. Arrastró
casas, perros y
gente por
kilómetros,
durante un marzo hecho
enteramente
de agua.

II

Un desierto lo rodea.
Por las noches, a un tiempo,
los pequeños animales que
lo pueblan,
abren sus ojos,
y otra luz se hace.

Como mil flores
(2007 – Hipólita Ediciones)

COMIC BREVE

Creímos tener el
amor-maravilla, pero
tu kriptonita fue un
pibe de 18, y la mía
el vuelo negro
de mi viejo
justo hacia arriba.



ZOO BA

Los animales miraban
con asombro los rodeos
de nuestro cortejo: yo, torpe
con el cuerpo, acudía a
las palabras por si una vez pudieran
salvarme; vos, displicente y lejana,
ganabas cada batalla, con el decoro
de no mostrar triunfalismo
o entusiasmo alguno.



Mínima,
en el descanso de
la fe, tallé
un dios justo
a mi medida.

REGALOS

1

Te di una piedra, fantástica
combinación de brisa, sol
marino, arena y tiempo.
Y creíste que te daba el corazón.

2

De apuro, con las ruedas de
la bicicleta apenas detenidas,
trajiste manzanas. Y seguiste,
rauda, el camino que no has
de cambiar. Pero, pequeña,
las manzanas eran rojas, brillantes,
abrían su corazón dulce al
mordisco, al ansia, a
la sed de mi urgencia.

FRUTAS E INSECTOS

1
Muerdo el aire en que estuvo
tu boca, el vacío me devuelve
el aliento zumbón de los
muebles que miran, piadosos,
el abrazo asfixiante
del rechazo, esta otra piel
que arde sin sol que la toque.

2
¿Te dije o imaginé
decirte: abríme, horadame,
grabá tu nombre en
el revés de la piel?
¿Te dije o soñé decirte:
sé mi hormiga particular,
mi obsesivo insecto,
mi fruta firme, ácida
manzanita?

3
Esperé de vos y de mí
ser una. Contra todos
los augurios y consejos,
que la vida y la muerte
nos tejiera con hilos
de transparente,
indisoluble unidad.

Únicas. Una. Ambas.

No éstas, dos que cruzan la
calle para no saludar.

LA LLAVE

La miro con detenimiento,
con fruición. Es diferente: brilla
con luz y oscuridad, su forma
quiso parecer un corazón
pero quedó a la mitad.

Sonríe y mira.

"La llave de mi corazón" decís al
ponerla sobre mi mano,
y vuelvo a mirarla por si fuera cierto,
como si sólo debiera
elegir el momento, el modo de la entrada.

Creer en las palabras, en el
latir que las empuja hasta la dicción,
que lo que dicen es cierto,
de alguna manera.
Creer en lo que se ve, en lo que el cuerpo
recibe, agradecido, y que el sudor deja
más que sal piel adentro.

Antes que la religión, el amor
es materia de fe.

El acuerdo – poemas inéditos

Dame fuerzas, Tú, quien
quiera que seas: cielo diáfano,
coirón ardiendo en la pampa
helada, sola, luz,
luz entrando de pronto en la habitación
cerrada.



Suenan trompetas de tren en la distancia.
No las escucha mi padre.
No las escucha mi abuela.
No las escucho yo, almacenada
y oscura, como el vino
en sitio fresco,
sin luz, ni vibraciones fuertes.



9

Apenas vino el primer calor, los frutales
antes secos, se rodearon de un halo
verde que ahora es flor
blanca. Sin preguntas
y cuando corresponde, cada árbol
hace lo que mejor sabe.



Olfateo hondamente el aire, busco
los datos que permiten al pájaro
la vida. Dirección, sentido, peligro,
alimento, todo uno
en las especias del aire.
Pesada y sin plumas, voy en desventaja,
no crean que no lo sé. Pero, también
empecinada, sé de lo que se trata la vida,
y voy por ello.



el animal que me acompaña siempre
ahora duerme, dormiré también
para acompañarlo yo por una vez



ni diciendo “adiós” podría ahora estar más lejos.

SOBRE LA AUTORA



Macky Corbalán nació en Cutral Có (Neuquén) en 1963 y cuando debe nacer, sigue eligiendo esa ciudad aunque vive en Neuquén capital desde hace muchos años. Es poeta, periodista y trabajadora social. Activa por los derechos de mujeres y lesbianas en el grupo fugitivas del desierto, y también por los derechos de los animales no humanos. Es geminiana y de Boca.

Publicó “La pasajera de arena” (1992-Libros de Tierra Firme), “Inferno” (1999-Libros de Tierra Firme) y “Como mil flores” (2007-Hipólita Ediciones). “El acuerdo” es el título provisorio de un libro inédito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario