sábado, 28 de enero de 2012

ROSABETTY MUÑOZ, "...sospecho que no desfilaré en el gran final con tacos altos y medias caladas".

Espesor del instante

En días como éste,  se vuelve a inundar el patio de la infancia. El
barro donde chapotean las gallinas, se vadea con tablones puestos uno
a continuación de otro. La madre junta valor durante el día para
enfrentar la oscuridad de la noche que se anuncia especialmente dura.
Afuera estallan ventarrones fortísimos, truenos y relámpagos pero los
niños de sus ojos tenemos permiso para ser felices y desarmar todo el
orden doméstico: la cocina se convierte en una carpa de circo con las
colchas y frazadas. El trapecio cuelga del techo y mi hermana se
balancea en calzones a los que  hemos pegado papeles brillantes. Soñé
tanto con estar trepada allí alguna vez con el pelo flotante y un
traje de pedrerías. Pero lo mío era mirar. Y de algún modo, todavía
estoy debajo de la mesa contemplando a mis hermanos y sus faenas
riesgosas. Desde  el lavaplatos a la mesa de la cocina, el palo de la
escoba para los más osados o una tabla también sacada de una cama,
permiten el lucimiento de los equilibristas.
 Y otra vez una sonrisa me atraviesa de parte a parte cada vez que la
lluvia empieza a tupir y se adivina el temporal. Porque la vida sigue
siendo como esa improvisada carpa de circo. Mi madre en las sombras;
su mano que no se ve, contiene el hilo de todo y ha dejado que cada
uno se despliegue  según un tejido que tal vez no entiende pero confía
porque es un hilo que viene de lejos sin cortarse, desde su madre y
las otras más antiguas. Mis hermanos siguen de lleno atravesando
pruebas como si jugaran y yo aquí, deseando atreverme, agazapada un
poco, ahora tras las cortinas .La sonrisa, ahora como entonces, no
logra borrar el remiendo de las sábanas. Siento, eso sí, un aire de
término y sospecho que no desfilaré en el gran final con tacos altos y
medias caladas.


Ceremonia

El vestido de la novia cuelga de un cordel en el patio. Sólo unos
pasos más allá, sus compañeros de infancia carnean corderos para la
celebración. La sangre brota abundante de las gargantas que aún
palpitan mientras los niños la recogen en una palangana. Uno de ellos
ha estado llorando a escondidas, pero eso no importa ahora.
 La casa, que fue despoblándose de los suyos con los años, rebosa
ahora de trajines: desfilan vestidos de fiesta en sus colgadores,
trajes, corbatas, zapatos brillantes se alinean a la entrada de las
habitaciones.
 La novia salió a recoger flores blancas y amarillas para su ramo y
las ha puesto junto a las bolsas donde los padrinos tienen preparado
el quinto. Lanzarán en la tarde las monedas anunciando prosperidad
aunque sean pocos los que se arrojen por ellas al suelo. Aunque los
espectros vean el metal escurrirse entre sus dedos de aire.

Rosabetty Muñoz

 Nace en Ancud, Chiloé en 1960. Desde su titulación como Profesora de Castellano ha ejercido labores de docencia en distintos establecimientos educacionales de Chiloé y participado activamente del desarrollo cultural del sur de Chile. Ha publicado Canto de una oveja del Rebaño, Ediciones Ariel, Santiago (1981); En Lugar de Morir, Editorial Cambio (1987); Hijos, Editorial El Kultrún, Valdivia (1991); Baile de Señoritas, El Kultrún (1994); La Santa, historia de su elevación. Lom ediciones (1998); Sombras en el Rosselot, LOM ediciones (2002) Ratada , LOM ediciones (2005) y En Nombre de Ninguna (ediciones El Kultrún, Valdivia, 2008). Su poesía también ha sido incluida en diversas antologías, entre ellas: Un ángulo del mundo. Muestra Poética, Encuentro Iberoamericano de Poesía, RIL (1993); Veinticinco Años de Poesía Chilena, Calderón, Harris, Calderón, Fondo de Cultura Económica (1996); Antología del Poema Breve en Chile, Floridor Pérez, compilador, Editorial Grijalbo (1998); Escritoras Chilenas, Linda Koski, Editorial Cuarto Propio (1998); Antología de Poetas Chilenas, Eugenia Brito, Dolmen Ediciones (1998); Antología Poética de Mujeres Hispanoamericanas (Siglo XX),Idea Vilariño (compiladora), Ediciones de la Banda Oriental, Montevideo (2001), Antología de los premios Neruda entre otras.
   Ha recibido distinciones por su trabajo, algunas de ellas son: Mención de Honor en el Premio Municipal de Poesía de Santiago (1992- 1999); Mención de Honor, Premio Pablo Neruda (1996); Premio Pablo Neruda, por el conjunto de su trabajo (2000); Beca Fundación Andes (2000); Premio Consejo Nacional del Libro por Sombras en El Rosselot,  como mejor obra inédita (2002); Obtiene Beca para escritores profesionales del Consejo Nacional del Libro y la lectura (2005)  para escribir texto poético “En Nombre de Ninguna”. Obtiene proyecto Fondo del libro para editar suplementos de poetas del sur de Chile en el periódico El Insular (2007); Obtiene proyecto Fondart para realizar ensayos sobre artistas plásticos de Chiloé.(2007) Nominada al Premio Altazor (2009) por el libro En Nombre de Ninguna.

3 comentarios:

  1. Buenos, ¿no? No me acuerdo de haber leído poemas en prosa de la Rosabetty antes. Rebien.

    Saludos,
    CGO

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    Respuestas
    1. yo tampoco había leído este formato en rosabetty, y vale la pena, sí, gracias por escribir, saludos!

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    2. Hola, ¿Alguien me puede indicar la fuente de estos textos? gracias!

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