Irma Elena Marc, (Rosario/Corral de Bustos)
"... un
hilo de agua cosía el vidrio por el lado de afuera"
del libro "Los cuerpos perdidos"
de
próxima edición
LOS LUGARES QUEMANTES
Las
plantas mutan año a año, después del viento y
de
las heladas del invierno, algunas
de
las que sobreviven,
mutan.
Ciertas
plantas tienen la rara cualidad de parecerse a la más próxima,
la
que daba flores fucsia alumbra flores
azules
y
viceversa,
como
una extraña forma de amarse de las plantas, una cualidad
lunar,
uno
se
sonroja viendo
tanta
imaginación
en
una planta pequeña.
Lo
he intentado muchas veces,
mis
vecinas son
siempre
nenas insensatamente heridas
por
el murmullo del lenguaje
y
convierten en planta que muta
los
lugares
quemantes
LO SOLAR Y LO OSCURO
La
piel fulgura entre los bordes
de
lo oscuro
que
se abre
y
lo solar.
Se
sabe, desnudar fascina
más
que lo desnudo,
develar
cautiva en el extraño
apareamiento
entre piel y neuronas.
Se
sabe, entrar en el mito siempre entraña riesgos,
textos
sagrados muy antiguos hablan de un diluvio,
de
cierta arca poblada por parejas de animales y una pareja humana,
cuentan
que todo lo existente pereció en las grandes aguas
y
que todo volvió a comenzar a partir de esos pocos.
Entonces,
con inocencia y a su tiempo,
los
cuerpos se encontraron,
nadie
habló de Ley o de Pecado o de Caída
(¿Y
si sólo pudiera hablarse de caída desde abajo?
¿Y si en lo alto, el descenso fuera simple
perspectiva del vuelo?),
porque
los episodios del rito eran sagrados,
lo
que se abría y centelleaba eran los cielos,
lo
demás,
materia
oscura sumergida.
Se
sabe, la evaporación es lenta
y
la materia quemante del lenguaje
hace
emerger lo que sí,
lo
que no,
es
la memoria atrás de la memoria,
del
gran estruendo de las aguas
que
cayeron sobre el agua
cuarenta
días y cuarenta noches,
en
lo que lo que lo solar y lo oscuro
fueron
uno.
No
pares.
LAS LLUVIAS MATAN PESTES
Alguien
dijo “queridita” para dar comienzo a un prolijo trabajo de demolición. Dijo: -sos celosíma
la
peor pesadilla
el
ombligo del sueño
y
le arrojó silencio a tus palabras
desechos del corazón
dijo:
-sos como la lluvia hija de tus
palabras-
las
lluvias matan pestes
pensaste
mientras dabas todas las gracias implícitas
y
pedías las disculpas que necesitara
llovía
intensamente mientras la oías masticarte con furia
controlada
por la mejor educación
(oh,
madre de tu madre
tus
palabras aman
como
perros salvajes)
y
pontificó acerca de evitar interminables
malosentendidos
y acerca de la salud y de la fluidez
del
encuentro y la presencia y las almas y de Pulgarcito
y
de Gulliver (habló hasta del cariño y del rescate)
y
te dejó en estado de poema en condición salvaje y húmeda
un
hilo de agua cosía el vidrio por el lado de afuera
la
tormenta era un derrumbe vidrios adentro
y
recordaste vagamente a Pound, algo como sé
en mí como los vientos perennes
que arrojan aguas grises en acantilados sin
sol
y las sombrías flores del Orco
te recuerden
y
re-mató: no tenés sentido del humor, linda
chau
* es hora de restaurar las almas
TIEMPOS JADEANTES
Con frecuencia discutía con
ella, pero se trataba de un deporte, como si se pusiera un espejo delante de un
gallo y se viera cómo luchaba contra su propia imagen.
Flannery O` Connor
Le
pregunté ¿Vas al Festi?
Dijo:
No. Me invitaron a leer
pero no pude ir
estoy con problemitas
personales
y no me quise comprometer
nada grave
cosas del amor.
Pensé:
escribe en verso y sonreí, después pensé ¿se peleó con su chica? Y se lo
pregunté.
Dijo:
ella no me quiere
y yo tampoco
lo
lamenté, recordando los fulgurantes ojos celestes, recordé que tenían hasta la
voz parecida, la otra chica me había mostrado el lugar donde escribía mi amiga
poeta,
pensé, entonces, cuánto se amaban. Le dije que escribiera, que el dolor se
exorciza con escritura, que el dolor te vacía de vos y entonces viene a
visitarte
el
lenguaje
Dijo:
qué duela nomás
Yo sólo busco
El amor verdadero
Hasta que lo encuentre
Le
dije que el amor la iba a encontrar a ella, mientras me apenaba su dolor y
largué para el otro lado del mundo palabras de esperanza.
Dijo:
el amor me fascina
y me animo a todo
yo la amaba pero no pudo ser
ahora sólo quiero divertirme
vos me entendés.
Pensé:
se vienen tiempos jadeantes, quiere limpiarse con cuerpos el cuerpo perdido y
miré las letras pasar, mientras pensaba en piedras escondidas entre las malezas
Dije:
el amor es un gallo
furioso
en el fondo del espejo hay un mundo
frío y secreto
donde el sol no llega
LOS CUERPOS PERDIDOS
Para la poesía, la juventud no basta; se
requiere la infancia
Giovanni Páscoli
Yo
no quería fallarle a papá
pero
resulta que también quería encontrar esa palabrita esa palabrita
en
el colegio me enseñaron a escribir
yoamoamipapámimamamemimayenelprincipiofueelVerbo
y
yo quería empezar por el principio
para
que me naciera el cuerpo
porque
no es cierto que yo nací en Rosario, papá, yo nací en el lenguaje y tampoco es
cierto que me fui, papá o que vos te moriste, papá, porque
uno
no está acá o allá, en el Cielo, en el purgatorio o en el temido infierno, en
la República Argentinayenelcentrodemipechounalatadesardinas, papá, uno vive en
el lenguaje, papá,
sin
la lengua no hay cuerpo,
y
yo no quería fallarte, Papá, pero vos querías que yo hablara de las medidas de
capacidad y de los volúmenes y de cosas que pudieran tocarse, que pudieran
venderse y comprarse en una ciudad donde la gente se levanta, desayuna,
merienda
y cena y estudia y tiene diplomas y
chapas y las lustra y los cuelga y trabaja y se casa y tiene chicos y se compra
casas, autos y all inclusive en Cancún.
Yo
quería darte el gusto, papá, te lo juro,
pero
tenía que buscar esa palabrita esa
palabrita
LA PERA
Mis
hermanos son silenciosos
hablan
poco y nunca hablan de ellos
dicen
frases maravillosas como
bien, todo es maravilloso,
nunca
hablan del pasado,
nunca
buscan peras en el olmo,
nunca
buscan olmos
ni
peras.
Yo
hablo mucho,
le
pido al olmo lo maravilloso,
espero
la pera
EL ÁRBOL DE LAS UÑAS
Hace
tiempo aprendí a no comerme las uñas
ahora
estoy
pensando que a mis palabras le sobran
dientes
Mi
papá me decía no te comas las uñas porque
te va a crecer un árbol de uñas en la pancita
mentira
no crecen árboles
crecen
uñas que me rasgaron de arriba abajo
de
costado a costado,
ida
y vuelta, varias veces
y
ahora, las palabras con dientes que me trago
se
comerán las uñas
Irma
E. Marc nació en Rosario y actualmente reside en Corral de Bustos, Córdoba, es poeta y
narradora, ha obtenido numerosos premios y distinciones, publica en numerosos
blogs, páginas de poesías y revistas literarias del país y del extranjero. En
2010 fue una de las poetas convocadas al Festival Internacional de Poesía de
Rosario. Todos los textos pertenecen al libro "Los cuerpos perdidos" de próxima edición.