miércoles, 9 de septiembre de 2020

Un comentario crítico del escritor Diego Rodríguez Reis, Villa La Angostura, Neuquén.


 "La poesía de Graciela Cros posee muchas singularidades. Personalmente, como lector habitual y ávido de poesía, hago foco en su lírica, que es poderosa y constante. La búsqueda de una música interna e inherente al poema mismo es algo que puede percibirse ya desde la primera lectura de sus poemas. Conociéndola además personalmente, puedo agregar que su búsqueda también alcanza el preciosismo, hasta llegar a la sonoridad misma de cada palabra y particularmente de los títulos.

Los materiales (más allá de las palabras y las figuras retóricas propias de la poesía) con los que Graciela Cros elabora sus poemas son de gran amplitud. En principio, trabaja mucho los espacios y los márgenes que presuponen silencios en las lecturas o que operan a nivel icónico. Lo mismo sucede con el uso de las cursivas, las citas explícitas, los subrayados en negrita.

Esos materiales, creo desde mi lectura personal, están trabajados por sucesión, en capas: hay una creación de climas en los cuales esos materiales van desplegándose. Por ello, hay poemas de versos cortos y punzantes, reordándonos al estilo de Emily Dickinson; y hay otros de versos largos, que ocupan toda la página a lo ancho, a la manera de los poemas de Whitman o Juanele Ortiz.

Otro material fuerte, casi de carácter estructural (de base) de su poesía es la intertextualidad. Por ejemplo, el verso “yegua de la noche” está dialogando intertextualmente con el verso “the nightmaereand here nine foals” de William Shakespeare. Por excelencia, su libro Cordelia en Guatemala” es un texto trabajado desde Shakespeare y Moby Dick de Herman Melville.

En algunos casos, Graciela Cros trabaja el concepto de serie, aunque no puntualmente en el corpus de poemas presentados. El libro ya citado Cordelia en Guatemala es una serie. Lo mismo su libro Mansilla. Podríamos casi jugar a leer esos poemarios como “novelas” en verso.

Pensando en estas lecturas “dentro del texto”, otra vez podemos rastrear las referencias intertextuales sobre las cuales trabaja Graciela Cros, revisando y recreando otros textos. Es notable, por ejemplo, el poema “Genealogía”, el cual está elaborado (como lo señala la misma autora al final del texto) “a partir de una relectura de Nido de ballena de su hija, la poeta y periodista Melissa Bendersky. Otro, por ejemplo, en el poema “El día que maté a mi gata” donde habla de “los personajes de Chéjov”.

La poesía de Graciela Cros abre sentido, claramente, como les grandes poetas: admite varias lecturas, impulsa además a seguir leyendo o a escribir poesía. Hay, como señalaba antes, un lirismo extraordinario: escribe “con todo el diccionario”, apela a palabras de otros idiomas, a múltiples campos semánticos para construir el poema.

Podemos sentir ante su obra eso que dijo uno de los personajes de Cervantes, el Licenciado Vidriera, que la poesía es la más admirada y reverenciada de las artes, porque encierra en sí a todas las demás ciencias, y de todas se sirve, y de todas se adorna" (D.R.R.)

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